El diagnóstico diferencial del inestable psicomotriz, debe llevarlo a cabo un equipo entre los que se encuentran: neurólogo, psicomotricista, kinesiólogo y psicólogo. El docente podrá sugerir a los padres realizar una visita al pediatra, con un informe detallado de las características y comportamiento del niño dando su diagnóstico presuntivo, y es éste, quien dispondrá como se iniciará el diagnóstico y seguimiento.
El tratamiento específico se realiza a nivel motor, pero este no podrá llevarse a cabo en su plenitud dentro de la escuela; por lo tanto, el docente deberá pedir informe a los profesionales que trabajan terapéuticamente con el niño, para conocer la magnitud del problema y solicitar estrategias de trabajo en cuanto a tiempos, modalidad, exigencias, etc. Al niño inestable le será muy complicado el manejo del cuaderno y el cumplimiento a término de la tarea escrita, entonces el maestro podrá colaborar manejando con marcas la disposición de las tareas, y controlando los tiempos.
Puede ser útil el uso de 'carteles' para centrar la atención del niño solo en la resolución de la tarea. A nivel gráfico, la inestabilidad puede provocar disgrafías, la que será tratada específicamente siendo, a veces, tan sólo una ejercitación caligráfica.
El tratamiento desde la PsicomotricidadDebe ser tratado periódicamente con reeducación psicomotriz con ejercicios de estructuración de ritmo, desplazamiento en el espacio, conocimiento progresivo del cuerpo y de sus articulaciones que son la base del desarrollo de la coordinación y que permitirán el control del movimiento y los gestos. Desde el punto de vista técnico-instrumental el aporte del abordaje psicomotor puede pensarse desde la administración de tres recursos básicos: relajación y ejercicios de distensión, juego corporal y técnicas grafoplásticas.