Blog de Psicomotricidad, lenguajes expresivos, sensopercepción, tecnologías de ayuda a la inclusión, accesibilidad y diversidad funcional / discapacidad. Patricia Valenzuela, Psicomotricista.

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Reflexiones de una psicomotricista

Se hace difícil hablar y defender la psicomotricidad sin parecer dar sentencias o recetas acabadas. Quiero aclarar que la idea del blog es profundizar sobre lo que cada uno entiende sobre Psicomotricidad, ya que hoy la pensamos de una forma, antes ha sido de otra y más adelante seguramente también cambiará. Es sabido incluso que quienes tienen formación con base médica la abordan con una mirada diferente de la de aquellos que se relacionan desde el área educativa.
Por otro lado, no soy una iluminada ni una experta, estoy abierta a las críticas, pero como cualquier sujeto que se interesa por lo que hace, me gusta investigar y fundamentar aquello que quiero.
Y este es el caso.
Circula por allí, y comparto, la idea de que “psicomotricidad es todo” en tanto expresa lo que un sujeto, interrelacionando con los otros y con el medio, construye su identidad en un aquí y ahora, a través en un ida y vuelta corporal y psíquico, por lo que siempre va a estar influenciado por ‘lo externo’, así como su accionar influenciará de igual manera. Los movimientos, las producciones, las acciones, los gestos que expresan las emociones del sujeto, construidas significativamente con otros significantes, podrán beneficiarlo haciéndolo más autónomo, (y libre) o enfermarlo y anquilosarlo tanto corporal como a nivel del pensamiento.
Retomando entonces, ¿la psicomotricidad, es todo?, honestamente creo que sí, pero es una definición tan etérea como decir que, “la política es todo” o “el amor es todo”.
En consecuencia y continuando con el mismo razonamiento, quiero permitirme analizar cuánto de técnicas o métodos debe saber un psicomotricista debido a otra ‘certeza’ que uno lee en general, sobre que “la psicomotricidad no es una suma de técnicas”. Y por supuesto que no. (Ya que de ningún modo se puede establecer un plan para un paciente determinado, empezando por ejemplo, un día con relajación, continuar otro con algo de movimiento, luego con alguna técnica gestáltica y luego con otra grafoplástica sin ton ni son).
Lo que ocurre que con esa afirmación, es que evitamos decir por qué en nuestros juegos e intervenciones, usamos tal o cual recurso, parecido al de tal o cual disciplina, y conformes aceptamos nuevamente que, "la psicomotricidad no es una suma de técnicas”.
Partamos de algo: generalmente las cosas se definen, además de por lo que no son, por lo que son.
En la nota anterior comenté sobre la abundancia de disciplinas a las que muchos pacientes son derivados por sus propios médicos de cabecera y que entiendo deberían ser tratados por psicomotricistas, ocurriendo que tales profesionales, desconocen lo que hacemos.
La variedad tan florida de técnicas y métodos desde las artes (arteterapia, teatro, narrativa, plástica, etc.), las terapias con animales (burroterapia, caninoterapia, equinoterapia, delfinoterapia, etc.), el movimiento (yoga, Pilates, danzaterapia, contact, esferodinamia, etc.), la kinesiología (cinesiterapia, masajes terapéuticos, termoterapia, etc.), y la fisioterapia (Bobath, Delacato, Phelps, Votja, Castillo Morales, etc.), entre otras, es tan amplia, que el estudiante de Psicomotricidad termina haciéndose grandes ensaladas sobre la forma de abordar a los pacientes, mientras que los profesionales de las áreas mencionadas, desmerecen o ignoran nuestra intervención, especulando con cierta intrusión por parte del psicomotricista, debido a la escasa claridad que tienen sobre el tema.
Digámoslo de otro modo: un ‘profesional’ de la delfino o equinoterapia, seguramente estará interesado en la evolución del sujeto, pero nosotros nos diferenciamos en el tipo de involucramiento, en el plan personal y exclusivo que contempla los vínculos de dicho paciente, los intereses, los afectos, el lugar en el que es “colocado” por la familia, en cómo ha sido construida su identidad, su patología, en su contexto social, escolar o laboral, en los deseos de aquellos que lo rodean, en los deseos del propio paciente, etc. Y todo ello contenido en la relación tónico-emotiva que establecemos con cada uno, también en un aquí y ahora particular. Los delfines, o los caballos, no lo niego, son preciosos y ayudan, pero carecen de estas estrategias y encuadres flexibles que nosotros planteamos. Las técnicas específicas de movimiento fisioterapéutico pueden dar resultado en cuanto a lo instrumental o funcional, pero también carecen de todo lo anterior mencionado.
Entonces, ¿es necesario conocer todas las técnicas y métodos para abordar a los pacientes? Bien, creo que cuantas más técnicas conozcamos, no nos hará mejores psicomotricistas, pero sí nos ofrecerá un ramillete de opciones a la hora de pensar qué recurso utilizar. No será necesario, sin dudas, usar todas las herramientas: leer un poema, salir a la plaza, simplemente abrazarse haciendo un profundo silencio, son intervenciones psicomotoras que podemos planificar. Conocer métodos de neurorehabilitación nos puede dar la seguridad profesional que a la hora de hacer “contacto” corporal, los haremos sabiendo que no perjudicaremos al paciente sino por el contrario, realizaremos un trabajo a conciencia; saber en qué consiste la técnica Alexander, la eutonía, el watsu o lo último en tecnologías de ayuda, nos puede generar un dinamismo y un crecimiento personal del que sí creo, en fin, que partirá un desarrollo más profundo de nuestra profesión. Está en nosotros crecer o...

3 Responses so far.

  1. Fico feliz ler assuntos como estes. Parabéns! Fátima Alves

  2. Eres la mejor, y tienes el mejor blog del mundo!! enhorabuena!!!

  3. Juan Mateos says:

    Qué bien encontrar un blog así¡¡¡
    Soy maestro de Educación Física y también monitor de Psicomotricidad desde hace casi 4 años. Por la influencia de mi formación como mestro en Educación Primaria, me oriento hacia el ámbito educativo para desarrollar la Psicomotricidad.
    Un saludo desde España y hasta otra.

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