Blog de Psicomotricidad, lenguajes expresivos, sensopercepción, tecnologías de ayuda a la inclusión, accesibilidad y diversidad funcional / discapacidad. Patricia Valenzuela, Psicomotricista.

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Mundo Daira

La cuestión es que cada chico/a que viene de visita precisa, necesita, requiere, exige inevitablemente, ir a jugar en alguna de las salas que los sábados están vacías. Daira vino con la mamá. 
Ella, o sea, Daira, que es mi amiga igual que la madre que también es mi amiga, es una peque encantadora, pícara, bella y silenciosísima.
Es re-coqueta e innovadora. Por ejemplo: trajo de vincha un velador con moño, más otros dos moños rosados a los costados y un par de sandalias, una de cada color (una blanca y la otra rosada). Sí; el par sobrante, las traía la madre en una bolsa. No sé para qué, "por las dudas para que no crea que están chapis, pensé..."  Yo jamás haría eso!!! :-P



Y ahí comenté: ¡¡¡Yo creo que esta nena va a ser artista...!!! 
Daira ni mú dijo; primero porque no es vaca, y segundo porque al principio, como todas y todos, es vergonzosa. 
Al final, no.
Cansada de estar entre adultos, la pulga, o sea Daira, con una vocecita de pulga claro, no sé que le dijo a Paula, la mamá, o sea mi amiga que me tradujo: "Daira quiere ir a jugar a las salas". 
Como también estaba aburrida me fui con ella y de inmediato nos introdujimos en el universo Dairiano que ¡ojo!, tiene sus reglamentos:
primero, estar descalzo, fundamental; después, música: Para chicos? 'No...', Qué te gusta? 'No sé...', Shakira! 'No...' Reggeaton: 'Sí, pero, no...' 
Mj... dije... (Mj, es mi expresión para pensar en alguna solución si tengo un problema...)
Ya había decidido qué proponerle cuando veo que toma la iniciativa y va a jugar con las esferas grandes. Ahí nos largamos...
Nos sentamos, nos acostamos, tiramos globos, agarramos el paracaídas, pusimos pelotitas dentro, las lanzamos, volvimos a saltar, nos reímos, y nos cansamos...
No tanto porque, 'al toque', le dije "Tengo fibras!", y al 're-toque' me respondió, "No, armemos este rompecabezas!". 'Bueno, le dije, este que es grande y armás una escultura!' Y me dijo, 'Bueno, y después este que es chico y es de letras!' 
Mj..., pensé, qué chica rápida y audaz!!!
Me encantan los rompecocos así que el grande enseguida quedó terminado. El más chico, como era de letras, parecía que no nos gustaba demasiado. 
En consecuencia apareció la urgencia: ¿Y ahora, a qué jugamos?!!!
¿Recuerdan el "Mj" que usé al principio para pensar? 
Bien, lo que había pensado era recurrir al gran Luis Pescetti con sus canciones, juegos, rimas, etc. y le dije: "Dairita, escuchá esto"... ;-)
Y empezamos con Paqué tumé tumé tata que recomiendo, porque los chicos quedan algo así como desconcertados... No entienden nada, pero terminan moviendo el esqueleto siempre. Entonces, siguiendo al maestro Pescetti:
(paquetes)
Paqué tumé tumé tata
Paqué tumé tumé tá.
(hacer dedo/auto-stop)
Tu tuá tutu e tata
Tu tuá tutu e tá.
(ponerse crema)
Aiéme iéme iéme iá
Aiéme iéme iéme iá. (con onda!)
Pasamos luego a la de El moco, pero a Daira no le interesó para nada ya que que es una señorita! Y entonces nos aprendimos la de El sapito que según mi amigo Luis, -porque ya que estamos nos hacemos amigos-, dice:
- “a” Se debe cantar abriendo mucho la boca y cerrando los ojos.
- “m” Se debe cantar cerrando la boca y abriendo mucho los ojos.
- La primera vez se lo cantará lento y al repetirlo se lo irá acelerando. Esto es, obviamente, para volver más graciosos y difíciles los movimientos de la boca y los ojos.
Si bien es un juego para diferentes edades, les fascina a los más pequeños. Si uno se los canta mirándolos a los ojos, bien cerca de su cara, se quedan como hipnotizados (en caso de que lo intenten y esto no ocurra, despierten al niño, o bien, devuelvan este libro).
Y así seguimos, con "Al agua pato", para saber si Dai la conocía, hasta llegar a Tongo-tongo. Tuvimos incluso tiempo de invitar a otros amigos online (Natalia y sus hijos, Ana, Tati, Marce, Rafa, etc., que se engancharon, se pusieron a bailar como locos y 'colgaron' sus fotos en Facebook).
A esa altura estábamos re-cansadas pero obviamente nos fuimos a ver a Paula y le mostramos lo que, sin querer, habíamos 'aprendido' jugando. Ya era tarde y había que cenar... 
Es que en el universo Dairiano se come y se duerme a horarios pautados y la psicomotricidad, como en todos nosotros, se expresa a cada momento: Juego y afecto, comunicación y apego :-).

One Response so far.

  1. Anónimo says:

    Hermosooooooooooooo.Es muy linda tu observacion sobre Daira. Pero lo mas lindo es el AMOR y OBSERVACION detallada de cada chico/a que pasa por tus salas. Tu complicidad con ellos hace que se sientan libres, y las canciones y juegos, los alientan a expresar esa libertad y satisfaccion.

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