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Santiago, hacia adentro :-) |
El tema, es ese instante frente a frente con el paciente, la carne viva del trabajo, ahí donde se produce o no el ida y vuelta. Allí no hay manuales de psiquiatría, ni técnicas universales que nos den una mano para sortear ese aquí y ahora que está aconteciendo.
En mi caso, preparo cada sesión, cada objetivo, pero estoy muy atenta a lo que trae cada uno.
El trabajo con jóvenes y adolescentes varones no es fácil y allí estoy. Aprendiendo. Observando, indagando, haciendo silencios, reflexionando juntos, pretendiendo que el encuadre les sugiera un marco de contención y libertad y no de represión o sobreprotección.
Pero a veces, los adolescentes piden "otros diálogos", "otros modos", "límites" propios de la edad... Por lo tanto, en esas ocaciones me enfoco en enviar mensajes claros.
Entonces aparece Santiago (18), trayendo su corporeidad, su sonrisa, sus preguntas y afirmaciones, sus miedos, su optimismo para todo... O Tomás (15) o Juan Pablo (14), -de cada uno hablaré en un post distinto-; todos superándome en altura y permitiéndome ingresar a sus emociones, a su historia familiar y personal, al contacto corporal respetuoso, enojándonos a veces, respirando-relajando, operando-pensando, desde el afecto, siempre desde el afecto.
En esta etapa de sus vidas, -y en particular en estos casos, no digo que sea regla general-, la demanda familiar fue "autonomía", "más expresión", "más vocabulario", "que viaje solo", "que pueda desenvolverse con independencia cuando yo no esté"...
Y en eso estamos. En el camino, no sé si de la 'total' independencia, pero apuntamos hacia ella... La escuela especial, (mi otra ocupación), los prepara para la inserción 'al mundo del trabajo', en mi espacio priorizo la inserción al mundo adulto, favoreciendo la autoestima, el sentido crítico y la autonomía.
Los recursos son variados, desde juegos, tecnología, actividades corporales, cognitivas, y todo aquello que permita la exploración de distintas facetas de nuestra personalidad. Ya sea por el simple hecho de explorar, modificar una conducta o corregir una postura.
Aquí les dejo un trabajo, realizado por Santi y Juan Pablo: lo escribimos, inventamos, buscamos las imágenes, las pintamos, lo caminamos para aflojar la voz, lo grabamos, seleccionamos los sonidos y cada uno se llevó una copia. No es nada extraordinario, pero para nosotros fue uno de los tantos logros que pretendemos y puedo asegurar que sí generó más seguridad; hablar frente al micrófono, escucharse, escuchar al otro... Secuenciar la historia, mostrarla a los familiares, en la escuela, los colocó en otra situación de relación.
Cabe preguntarnos, ¿Todo ello, ha favorecido algún aspecto psicomotriz? Yo creo que sí, pero en uds. queda la respuesta.
La particularidad de cada cuerpo-persona hizo que el lenguaje corporal, los movimientos, el habla, la pintura, también sea singular. Existen 'metáforas' o interpretaciones corporales originadas por cada uno. Los vínculos se hacen desde las personas como entidad global y no desde cuerpos perfectos.La exploración sensoperceptual, táctil, fónica, auditiva, visual son un camino hacia sí mismo y hacia los demás.La psicomotricidad, aporta la mirada integral, donde arte, ciencia, comunicación y creatividad dotan a los modos de relación, al cuerpo y sus manifestaciones, de valores diferentes a los establecidos.No somos cuerpos descartables ni analfabetos corporales. Nuestro cuerpo dice mucho más que palabras y el placer de explorar y hacer, recrea y -juega- un rol muy importante en la motivación no sólo para vivenciar una propuesta psicomotriz sino, para vivir.