El conocimiento se obtiene en primera instancia por experiencias motrices personales y luego por relaciones entre el individuo y el ambiente.
De acuerdo con H. Wallon, la vida emocional interactúa con las relaciones tónicas y espasmódicas.
De acuerdo con H. Wallon, la vida emocional interactúa con las relaciones tónicas y espasmódicas.
La vida emocional pertenece a las influencias ambientales; el tono y el espasmo pertenecen a las reacciones corporales. Las emociones influyen en la vida motriz y viceversa.
Movimientos, gestos y ademanes, lectura y escritura
y externalizaciones motrices actúan sobre el ambiente
y reciben influencias emocionales.
En este contexto, es que se considera a la "lectura", como una externalización motriz: PARA LEER ES NECESARIO TENER MOVIMIENTOS HÁBILES Y COORDINADOS DE LOS OJOS.
Pero las actividades motrices también pueden estar representadas por reacciones emocionales (estímulos ambientales) o por acciones mentales (pensamiento con lenguaje).
Es preciso en esto punto citar a Pierre vayer: “la actividad motriz no existe” (Personal comunnication, 1974). Es que en realidad, la actividad motriz no podría ocurrir sin las influencias emocionales y ambientales, que permiten su aparición y externalización.
Quienes realizan investigaciones con niños y animales admiten que el conocimiento se inicia por medio de actividades motrices, pero los que trabajan con adultos humanos en sus procesos de aprendizaje no consideran muchas veces que la actividad motriz sea la base del conocimiento. Ello se debe quizá a la transformación del conocimiento en acciones mentales.
A medida que el conocimiento alcanza niveles superiores, las actividades motrices (con fines de aprendizaje) se hacen cada vez más restringidas y las acciones mentales aumentan progresivamente. En las actividades motrices coordinadas e intencionales hay sin duda participación de los niveles superiores del SNC. Cuando la actividad motriz puede apoyarse en otros niveles subcorticales los niveles superiores pueden dedicarse a otros procesos de aprendizaje, motores o no. Cuando se producen satisfactoriamente las actividades motrices automáticas los procesos del conocimiento tienen mejores y mayores posibilidades de desarrollarse.
La postura y las actividades motrices tienen relevancia para el desarrollo del conocimiento. Luego, cuando el conocimiento está ya establecido se lo usa para obtener nuevas adquisiciones. Las actividades motrices preceden a las acciones mentales, luego ambas actúan conjuntamente y, por fin, la actividad motriz es subordinada a la acción mental.
Actividad motriz, pasando el mouse sobre los chic@s ;-)
Dicho esto, no debemos olvidar que el conocimiento humano se presenta en dos niveles o fases que, aunque diferenciadas, forman una unidad indisoluble, compleja y articulada; son la fase sensorial y la racional.
Fase sensorial: procede en razón de la actividad de los sentidos, órganos especializados en la capacitación de las diversas formas de manifestación de la materia. Los sentidos son el canal que comunica al hombre con su mundo exterior y a través de ellos él entra en contacto con la naturaleza.
Con la actividad sensorial, percibimos el mundo a través de las sensaciones. Éstas son el reflejo de las distintas propiedades de los objetos y fenómenos del mundo material (colores, olores, sonidos, sabores, temperaturas, formas, dimensiones) que actúan en forma directa sobre nuestros sentidos.
Las percepciones son una segunda forma de conocimiento sensorial. A través de ellas el hombre refleja en su cerebro los objetos y fenómenos del mundo material, en su conjunto, en el momento que el objeto actúa sobre sus sentidos. La percepción es el reflejo del objeto a través del conjunto de sus propiedades, en virtud de la articulación de sensaciones que hemos recibido.
Las representaciones son formas sensoriales de conocimiento que aparecen cuando recordamos por asociación de ideas un objeto o un fenómeno. Las representaciones operan en nuestro cerebro mediante la capacidad de la memoria y la asociación de las ideas.
Fase racional o pensamiento: el conocimiento surge en este caso como resultado de la capacidad de inferencia lógica propia del hombre; es el razonar, no es el percibir. Es la posibilidad de romper las barreras de la experiencia directa y llegar a la razón. A las formas de conocimiento racional, o pensamiento, están ligadas la capacidad de inducción y deducción.
Quienes realizan investigaciones con niños y animales admiten que el conocimiento se inicia por medio de actividades motrices, pero los que trabajan con adultos humanos en sus procesos de aprendizaje no consideran muchas veces que la actividad motriz sea la base del conocimiento. Ello se debe quizá a la transformación del conocimiento en acciones mentales.
A medida que el conocimiento alcanza niveles superiores, las actividades motrices (con fines de aprendizaje) se hacen cada vez más restringidas y las acciones mentales aumentan progresivamente. En las actividades motrices coordinadas e intencionales hay sin duda participación de los niveles superiores del SNC. Cuando la actividad motriz puede apoyarse en otros niveles subcorticales los niveles superiores pueden dedicarse a otros procesos de aprendizaje, motores o no. Cuando se producen satisfactoriamente las actividades motrices automáticas los procesos del conocimiento tienen mejores y mayores posibilidades de desarrollarse.
La postura y las actividades motrices tienen relevancia para el desarrollo del conocimiento. Luego, cuando el conocimiento está ya establecido se lo usa para obtener nuevas adquisiciones. Las actividades motrices preceden a las acciones mentales, luego ambas actúan conjuntamente y, por fin, la actividad motriz es subordinada a la acción mental.
Actividad motriz, pasando el mouse sobre los chic@s ;-)
Dicho esto, no debemos olvidar que el conocimiento humano se presenta en dos niveles o fases que, aunque diferenciadas, forman una unidad indisoluble, compleja y articulada; son la fase sensorial y la racional.
Fase sensorial: procede en razón de la actividad de los sentidos, órganos especializados en la capacitación de las diversas formas de manifestación de la materia. Los sentidos son el canal que comunica al hombre con su mundo exterior y a través de ellos él entra en contacto con la naturaleza.
Con la actividad sensorial, percibimos el mundo a través de las sensaciones. Éstas son el reflejo de las distintas propiedades de los objetos y fenómenos del mundo material (colores, olores, sonidos, sabores, temperaturas, formas, dimensiones) que actúan en forma directa sobre nuestros sentidos.
Las percepciones son una segunda forma de conocimiento sensorial. A través de ellas el hombre refleja en su cerebro los objetos y fenómenos del mundo material, en su conjunto, en el momento que el objeto actúa sobre sus sentidos. La percepción es el reflejo del objeto a través del conjunto de sus propiedades, en virtud de la articulación de sensaciones que hemos recibido.
Las representaciones son formas sensoriales de conocimiento que aparecen cuando recordamos por asociación de ideas un objeto o un fenómeno. Las representaciones operan en nuestro cerebro mediante la capacidad de la memoria y la asociación de las ideas.
Fase racional o pensamiento: el conocimiento surge en este caso como resultado de la capacidad de inferencia lógica propia del hombre; es el razonar, no es el percibir. Es la posibilidad de romper las barreras de la experiencia directa y llegar a la razón. A las formas de conocimiento racional, o pensamiento, están ligadas la capacidad de inducción y deducción.